Planificación
De vuelta en Guayaquil, el General Sucre concluyó que la mejor
estrategia para la próxima campaña sería evitar cualquier intento de
avanzar directamente hacia Quito vía Guaranda, en favor de un avance indirecto, marchando primero hasta Cuenca antes de redirigirse hacia el Norte, a través de los Andes,
en dirección a Quito. Este plan ofrecía numerosas ventajas: al
recapturar Cuenca se podría impedir las comunicaciones entre Quito y Lima, y le permitiría a Sucre esperar por los refuerzos que entonces San Martín le había prometido enviar desde el Perú.
Además, un progresivo avance desde la costa y ascensión a través de las
montañas le permitiría a su ejército una gradual adaptación a los
efectos fisiológicos del cambio altitud. Pero fundamentalmente, era la
única forma de evitar un combate directo en condiciones desfavorables
con las fuerzas Realistas que venían de Quito.
La campaña
Para enero de 1822 Sucre ya había organizado la nueva campaña. Su ejército constaba de aproximadamente 1.700 hombres, entre veteranos
de sus campañas anteriores y nuevos reclutas. Había hombres de las
tierras llanas de la Provincia de Guayaquil y voluntarios que provenían
de la Sierra, como el héroe cuencano Abdón Calderón, cuyo padre había
muerto heroicamente en 1812, defendiendo al Estado de Quito. Los dos
contingentes pronto fueron organizados como el Batallón Yaguachi;
también habían soldados neogranadinos y venezolanos enviados por
Bolívar, unos cuantos oficiales y soldados españoles que habían cambiado
de bando, un batallón entero de voluntarios británicos (el Albión) e incluso unos cuantos irlandeses y franceses. El 18 de enero el ejército Patriota se dirigió a Machala, en el llano. El 9 de febrero,
tras haber cruzado los Andes, Sucre entró en el pueblo de Saraguro,
donde su ejército se juntó con los 1.200 hombres de la División peruana,
el contingente que San Martín había prometido. Esta fuerza (Expedición Auxiliar de Santa Cruz a Quito) estaba conformada en su mayoría por reclutas peruanos, existían también argentinos y alto-peruanos (bolivianos), el propio Andrés de Santa Cruz nació en el Alto Perú (actual Bolivia); tenía también oficiales argentinos, entre los que destacaban Félix Olazábal, Francisco Villa, ambos de Infantería y Antonio Sánchez de Caballería y un escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo de los Andes (argentino) al mando de Juan Lavalle. Al enfrentar esta fuerza multinacional de alrededor de 3.000 hombres, el destacamento Realista de caballería,
de unos 900 hombres, que defendía Cuenca se retiró hacia el Norte,
siendo perseguido a la distancia por la caballería Patriota. Cuenca fue
entonces recapturada el 21 de febrero de 1822, sin que se disparara un solo tiro. Durante marzo y abril,
los Realistas continuaron marchando hacia el Norte, logrando con éxito
evitar enfrentarse con la caballería Patriota. Sin embargo, el 21 de abril se produjo un feroz encuentro entre las fuerzas de caballería en Tapi, cerca de Riobamba.
Al final del día los Realistas nuevamente se retiraron, mientras que el
ejército principal de Sucre procedió a capturar Riobamba, quedándose
ahí hasta el 28 antes de reanudar su viaje hacia Quito.
Acercamiento a Quito
El 2 de mayo de 1822, la fuerza principal de Sucre había alcanzado la ciudad de Latacunga,
90 km al Sur de Quito. Ahí Sucre procedió a reorganizar sus tropas,
sumando voluntarios de los pueblos cercanos, mientras esperaba
refuerzos, en especial el Batallón Alto Magdalena (de Colombia) y nuevos informes de inteligencia sobre el paradero del ejército Realista.
Mientras tanto, Aymerich alistó los puntos de resistencia y posiciones de artillería
en los principales pasos montañosos que dirigían a Quito. Sucre,
empeñado en evitar un enfrentamiento frontal en terreno desfavorable,
decidió avanzar paralelamente a los flancos de las posiciones Realistas,
marchando por las laderas del volcán Cotopaxi para así poder llegar al Valle de los Chillos, en la retaguardia de las posiciones defensivas Realistas. El 14 de mayo
el ejército Realista, intuyendo las intenciones de Sucre, comenzó a
replegarse, llegando a Quito el 16. Dos días después, y tras una muy
difícil marcha, el ejército de Sucre ocupó Sangolquí.
Maniobras finales
En la madrugada del 24 de mayo de 1822,
el ejército patriota, conformado por 2.971 hombres, empezó a ascender
por las laderas del volcán Pichincha. En la vanguardia estaban los 200
colombianos del Alto Magdalena, seguidos por el ejército principal de Sucre; en la retaguardia estaban los británicos del Albión,
protegiendo el tren de municiones. A pesar del enorme esfuerzo de las
tropas, el avance por las laderas del volcán fue más lento de lo que se
esperaba, y la llovizna que cayó durante la noche convirtió los senderos
en ciénagas.
Cuando amaneció, para consternación de Sucre, el ejército no había
logrado un avance significativo, hallándose literalmente a mitad del
camino, a 3500 metros sobre el nivel del mar y a la vista de los
centinelas Realistas en Quito. A las ocho en punto, ansioso por el lento
avance del Albión, y con sus tropas exhaustas y afectadas por la
altitud, Sucre ordenó a su ejército detener el avance para descansar,
pidiendo a sus oficiales ocultar sus batallones como mejor pudieran.
Envió parte del batallón Cazadores del Paya (peruano) en una labor de reconocimiento, seguidos por el Trujillo, otro batallón peruano. Una hora y media después, repentinamente, los hombres del Paya fueron golpeados por una descarga, bien apuntada, de mosquetes. Esta acción dio inicio a la batalla.
realidad lo que dise
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